El teniente general y corregidor Don Silverio de Bernales y Rodamonte, primer productor de pisco de la familia, fue un reconocido ‘señor de viñas’, gracias a la producción viñatera de sus haciendas Mochica (Ica, 1760) y Bernales (Pisco, 1774). María de las Nieves Bernales Carbajo, su hija, siguió sus pasos en Pisco.

Décadas después, su nieto Miguel Bernales Cagnoli hizo lo propio en La Rivero y, posteriormente, su bisnieto, el comisario Manuel Bernales Mata, en La Bolívar, donde también fabricó botijas.

Desde los años cuarenta hasta inicios de los sesenta del siglo pasado, el dos veces alcalde de Ica, Víctor Manuel Bernales Ormeño, dirigiendo a la quinta generación, continuó con el cultivo de uvas pisqueras y la elaboración de pisco en su hacienda San Juan de Bellavista.Esta tradición familiar fue heredada a sus hijos, y el mayor de ellos Pedro Manuel Bernales Uribe inició la elaboración de pisco en la destilería de su hotel El Carmelo en Ica, actividad que hoy continúa su hijo Manuel Ernesto Bernales Baumgartner.De igual forma, fue transmitida a sus sobrinos Antonio y Julio Biondi Bernales, quienes se establecieron en la hacienda Omo en Moquegua.

Actualmente, los hermanos Juan Carlos y Víctor Manuel Santhome Bernales siguen produciendo pisco en la antiquísima bodega Bellavista, representando con orgullo a la séptima generación de una de las más arraigadas familias iqueñas en el arte de elaborar nuestra ancestral y codiciada bebida bandera.